Al llegar de vacaciones la piel se muestra seca y deshidratada, sobre todo si se ha abusado del sol, los baños y el aire libre sin las medidas adecuadas.
El cuidado de la piel es algo que nos preocupa a todas y cada vez le damos más importancia. Nos gusta mimarnos, pero muchas veces no sabemos qué es realmente lo que nuestra piel necesita.
Hoy os damos pautas y consejos para cuidaros tanto por dentro como por fuera.
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Piel seca o deshidratada
La piel deshidratada es aquella que pierde una cantidad excesiva de agua. La piel seca, por el contrario, tiene menor cantidad de lípidos y debido a esto también pierde agua. Es por ello, que a la vuelta de verano podemos hablar de piel seca y deshidratada.
Esto puede ocurrir en cualquier tipo de piel ya sea grasa, mixta o seca. Es muy frecuente en primavera-verano, sobre todo si se ha abusado del sol y los baños.
¿Cuáles son las causas?
Como ya he ido adelantando, las altas temperaturas, las radiaciones solares y el viento, entre otros, son responsables de la deshidratación de la piel.
También una higiene excesiva o el contacto repetido con agua puede conducir, a largo plazo, a la deshidratación.
Además, el uso de jabones y cosmética no apta para las características fisiológicas de nuestra piel favorece la pérdida de agua.
La deshidratación se manifiesta de distintas formas:
- Falta de suavidad y elasticidad.
- Falta de luminosidad.
- Piel tirante, rugosa y a veces descamada.
Cuidados de la piel
Es importante seguir una rutina adecuada, que habitualmente deja de practicarse durante el verano como a la vuelta del mismo:
- Dormir entre 7-8 horas. La piel necesita relajarse y descansar. Además, durante la noche tiene lugar la reparación y regulación del colágeno. Proteína que aporta elasticidad y firmeza a la piel.
- Protección solar. Es aconsejable utilizar cremas con factor de protección solar para evitar la pérdida excesiva de agua. No obstante, no hay que olvidarse de los beneficios de la radiación solar, entre los que destaca la síntesis de vitamina D.
- Higiene corporal. A veces menos es más. Obviamente hay que asearse, pero una higiene excesiva juega en nuestra contra. Las duchas diarias, así como la temperatura del agua, puede afectar al estado de nuestra piel. Además, hay que intentar eliminar el maquillaje suavemente para evitar que la piel se vuelva aún más frágil.
- Hidrátate. No solo aplicando hidratantes todos los días para mantener un nivel adecuado de hidratación. También hay que hidratarse por dentro y beber suficientemente agua. El agua es el medio donde tienen lugar un montón de reacciones, transporte de nutrientes…por lo que un déficit afecta a la salud de nuestra piel.
- Evita prendas que favorezcan la sudoración. A veces nos ponemos prendas para sudar más creyendo que perdemos grasa, pero no es así. A través del sudor se eliminan muchas tóxicas, pero en su mayoría es agua. Fajas, productos termogénicos, entre muchos otros, aceleran la deshidratación.
Alimentos para la salud de la piel
Los cuidados de la piel comienzan desde el interior. La piel refleja hacia el exterior la carencia de vitaminas, proteínas o minerales.
Existen muchos factores que influyen en el estado de la dermis (la genética, el sol, el medio ambiente), pero la dieta es fundamental. Para cuidarla hay que optar por una dieta equilibrada donde abunden las frutas y verduras así como las proteínas y grasas esenciales.
Ácidos grasos omega 3 y omega 6
Grasas esenciales que constituyen un papel muy importante en la fisiología de la piel. Presentan funciones antiinflamatorias, termorreguladoras, lubricantes, de soporte, elasticidad y de homeostasis tanto a nivel de la dermis como de la epidermis.
Presentes en pescados, especialmente, el salmón. Frutos secos, semillas, soja, aceite de girasol y de linaza.
Alimentos ricos en Zinc
El zinc es un mineral que ayuda a reparar los daños de la piel, como la descamación o el picor que produce la piel seca. Además, presenta efectos fotoprotectores, calmantes y antiinflamatorios.
Presente en alimentos como las ostras, sardinas, semillas de calabaza, huevos o chocolate amargo.
Alimentos con alto contenido en agua
Beber agua es importante, pero no debemos olvidarnos que los alimentos también nos aportan agua. Es recomendable seguir una dieta variada y equilibrada. Rica en frutas y verduras, pescados, productos lácteos, huevos, etcétera, que nos aportan un alto contenido en agua.
Antioxidantes
Ayudan a reparar la piel, evitando el envejecimiento prematuro y el daño celular. Alimentos ricos en vitaminas A,C y E como: la leche, los huevos, la zanahoria, las verduras de hoja verde, los cítricos y el aceite de pescado.
Cuidar la piel y mantenerla sana es fundamental ya no solo por estética, sino para evitar futuras enfermedades. Una correcta alimentación es la base para lucir una piel saludable, pero no la única. Factores ambientales, farmacológicos y genéticos pueden alterar su estado de salud. Ante la duda, siempre lo mejor es consultar a su dermatólogo.
EFSA, FEN, Medline, Instituto de Investigación Agua y Salud.