¿No te encanta ver tus platos llenos de colores? El mundo vegetal llena de alegría nuestros días y nuestras comidas, pero ¿podemos decorar más allá de las verduras? Las flores quedan genial en el campo, ¡pero también en el plato!
EMPECEMOS POR EL PRINCIPIO
Las flores son un grupo de vegetales como otro cualquiera, en nuestro día a día las usamos para decorar o simplemente las apreciamos en el campo. Pero ¡sirven para mucho más! Con las flores hacemos infusiones, tintes, colonias, cremas…y ahora también recetas increíbles. Pero ¡ojo! Con las flores ocurre como con la setas, hay algunas comestibles pero también las hay tóxicas. Para solucionar esto hay tiendas especializadas en cocina donde puedes comprarlas, y si las vas a coger tú o a plantarlas consulta con un experto que te asesore sobre cuales son comestibles.
PROPIEDADES NUTRICIONALES
Estas increíbles y sabrosas decoraciones tienen nutrientes como cualquier alimento, ¿quieres conocer sus propiedades?
Por el propio color de la flor podemos encontrar diferentes nutrientes que son interesantes, como las antocianinas en las flores azules, moradas y rojas o los carotenoides en las flores más naranjas y amarillentas y en los rojos más claritos. Se trata de compuestos antioxidantes que son geniales para incluir en nuestra dieta. Además, aquí te dejo algunos ejemplos de como las flores son una fuente de vitaminas y minerales.
La flor de calabaza nos aporta vitaminas A, C, vitaminas B2 y B3 y minerales como calcio, fósforo, hierro y potasio. Los pétalos de las flores amarillas son generalmente una fuente muy buena de vitamina A. Otra flor utilizada en la gastronomía es el diente de león, el cual entre sus componentes contiene algunos minerales (calcio, magnesio, fósforo, azufre, zinc, hierro), proteínas, ácido fólico, grasas, vitaminas (A, B1, B2, B6, B12, C, D y E.), además de azúcares como la fructosa. Además de las flores antes mencionadas se encuentra la flor de izote o yuca que en 100 g de sus pétalos contienen 273 mg de vitamina C, 95 mg de calcio y 2,6 g de proteínas.
Y ¿CÓMO LAS INCLUIMOS?
Ahora viene lo que estábamos esperando, ¿cómo las añadimos en nuestra dieta? Como cualquier alimentos tiene formas para incluirse en nuestro recetario, ya que tienen unas características organolépticas muy particulares y que harán de tu día a día una explosión de color, aroma y sabor.
Si las recogemos nosotros mismos, después de haber consultado con un experto, debemos tener en cuenta que lo mejor es cogerlas cuando las vamos a usar. Unos días antes si las queremos secar. Es muy importante lavarlas bien y para secarlas podemos colgarlas por el tallo al sol. Pero ¡también podeos comerlas frescas! No olvidéis quitarle los pistilos y las hojas verdes que unen el tallo con la flor. Solo consumiremos los pétalos.
Se conservan en el frigorífico frescas cerca de una semana, ¡eso si puedes resistirte a comértelas antes!
Cada flor tiene su uso, por ejemplo, las flores de calabaza y calabacín se pueden consumir en guisos o fritas en tempura, incluso se pueden rellenar con queso, ¡una experiencia culinaria inolvidable! Otras como las rosas se pueden consumir crudas, en ensaladas o incluirlas en nuestras tartas preferidas para darle un aroma diferente.
Entonces ¿te animas? Luego no podrás salir de esta espiral de color, aroma y sabor en la que te envuelven las flores. Son un complemento increíble en los platos y en nuestra salud, ¡no te las pierdas!
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Inés Pérez Gopar.
Estudiante del grado de Nutrición Humana y Dietética.
Referencias
- Lara-Cortés, E., Osorio-Díaz, P., Jiménez-Aparicio, A., & Bautista-Baños, S. (2013). Contenido nutricional, propiedades funcionales y conservación de flores comestibles. Revisión. Archivos Latinoamericanos de Nutrición, 63(3), 197.
- “Cocinar con flores, un alimento olvidado”- Ecocosas
