Si hablamos de nutrientes hay un grupo que tenemos que consumir en pequeñas cantidades (pero igual de importantes), y otro grupo que hay que consumir en grandes cantidades, los macronutrientes. Estos son: proteínas, grasas e hidratos de carbono y cada uno tiene unas funciones específicas. Sin embargo, los hidratos de carbono llevan siendo, durante años, generadores de debate
FUNCIÓN DE LOS HIDRATOS
Los hidratos de carbono son un macronutriente, por lo que, no solo son necesarios, sino que se debe consumir en “grades” cantidades, es decir en gramos. Su función principal es la de darnos energía, al metabolizarlos nuestro cuerpo obtiene energía que utilizará para todas las funciones vitales. No solo para movernos, sino para respirar, para que nuestro corazón palpite, para hacer la digestión… todo. Pero aún hay más, nuestro cerebro no puede funcionar sin hidratos de carbono, la glucosa, molécula que obtenemos al digerirlos, es la única que puede dar energía a nuestro cerebro.
“PERO, SI NO CONSUMOS HIDRATOS, MI CUERPO UTILIZARÁ LAS GRASAS”
Sí y no. Nuestro cuerpo metaboliza grasas cuando se queda sin hidratos, pero no solo lo hace cuando dejamos de comerlos, y en esa situación, no necesariamente quema más grasa. Esto depende de muchísimos factores, genéticos y externos, como la dieta, el ejercicio… Pero si dejas de consumir hidratos, tu cuerpo consumirá grasas sí, pero también músculo. Perderás peso pero también músculo. Además, cuando hacemos ejercicio por un tiempo prolongado nuestro cuerpo también empieza a consumir grasa, es decir, cuando nos quedamos sin la reserva de hidratos que hay en nuestro músculo empezaremos a movilizar las grasas. Y sino hacemos ejercicio durante un largo tiempo pero lo hacemos de manera regular y continuada y comemos adecuadamente, probablemente generemos un déficit calórico, es decir, necesitaremos más energía de la que consumimos, y nuestro cuerpo metabolizará las grasas acumuladas de igual forma. Además, hacer ejercicio hará que nuestro cuerpo active el metabolismo graso cuando dormimos. Sí sí, mientras dormimos quemamos grasa pero única y exclusivamente si hacemos ejercicio y llevamos una vida activa.
¿Y LA DIETA CETOGÉNICA?
La dieta cetogénica es una dieta en la que reducimos el consumo de hidratos al mínimo. Esta dieta puede estar bien según la situación y la persona pero es una estrategia dietética que debe estar supervisada por un profesional. Recordando el primer punto, nuestro cerebro necesita hidratos de carbono. De hecho, la dieta tiene este nombre porque cuando dejamos de consumir este macronutriente nuestro cuerpo entra en cetosis, es decir, produce cuerpos cetogénicos, una moléula que se produce con el metabolismo de las grasas y que sí puede ayudar a nuestro cerebro pero que no es, ni de lejos, tan eficiente como la glucosa (esta molécula también se produce en situación de desnutrición, por lo que, nuestro cuerpo detectará que no comemos lo suficiente, por ello es tan difícil adaptarse a esta forma de comer). Por esto debemos acudir a un profesional que personalice nuestra estrategia dietética y nos diga si la necesitamos o no. Los hidratos en sí no son un problema, son necesarios, y mucho menos engordan. Lo único que nos hace engordar es comer más de lo que consumimos. Entonces ¿dónde está el problema?
DE DONDE VIENEN LOS HIDRATOS
¡Y aquí está el problema! Los hidratos pueden venir de muchos alimentos, de hecho, prácticamente todos los alimentos tienen hidratos de carbono (en la dieta cetogénica se reducen a niveles ínfimos pero sigue habiendo algo, sino, sería peligroso y no podría llevarse a cabo con alimentos), pero ¿cuáles consumimos habitualmente? Normalmente, los hidratos de carbono se relacionan con pan blanco, arroz o pasta. Y estos alimentos no son sanos ni malsanos, es cierto, que lo mejor es elegir opciones integrales pero el problema es que los hidratos también se encuentran en frutas y verduras, el cual debería ser nuestro grupo mayoritario de alimentos, pero no es así. De hecho, muchas veces, los hidratos de nuestra dieta vienen de bollería industrial, o de cereales de desayuno o bebidas azúcaradas, etc. Cambiar esto por cereales integrales, legumbres, tubércuos… y priorizando frutas y verduras cambiará también como afectan los hidratos a nuestra vida. Además, si acompañamos esas verduras con pasta o con arroz tendremos un plato de hidratos pero muy bajo en calorías y llenísimo de vitaminas y minerales. Acompáñalo de alguna proteína magra y de calidad y deja de huir de un macronutriente que hace que nos levantemos cada día.
Esper haberte ayudado a perder ese miedo a los hidratos, recuerda consultar siempre tus dudas sobre alimentación y nutrición con un dietista-nutricionista colegiado y disfruta de la comida, también es esencial para estar saludable.
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Inés Pérez Gopar.
Estudiante del grado de Nutrición Humana y Dietética.