Este alimento, tan extraño para nosotros es un clásico en muchos países. En Sudamérica se consumo desde hace siglos, y, en México es parte de su alimentación habitual. También se consume en África y Asia como alimento habitual, hay países y culturas donde los insectos son la única fuente de proteína. Sin embargo, en Europa ni nos lo planteamos, piensas en comer insectos y sientes un rechazo inmediato ¿Por qué’ Pues resulta que lo que rechazamos, así como lo que nos gusta, a la hora de alimentarnos depende completamente del contexto cultural. Los insectos nunca han formado parte de nuestra cultura alimentaria (sin contar la Prehistoria claro). Por otro lado, su perfil nutricional y la facilidad de cultivo, así como la globalización, están haciendo que su popularidad crezca. Vamos a conocerlos un poco, quizás después de este post te animes a probarlos.
INSECTOS ALREDEDOR DEL MUNDO
Se han notificado casi 1800 especies de insectos diferentes consumidas en el mundo, siendo Sudamérica 
la que más consume con 699. Y el mayor país consumidor es México. Los insectos son la mayor biomasa del planeta (es decir, ellos constituyen el tipo de vida mayoritario, en peso, de la Tierra) por lo que es lógico pensar que los humanos los utilicemos como alimento. En muchas culturas tienen un significado espiritual pero realmente es tan lógico como utilizar el alimento que tenemos disponible. Por ello se cree que, en la Prehistoria, la mayor parte de la proteína provenía de estos y de animales pequeños. México y China son los principales países consumidores, pero en el resto de Sudamérica y de Asia también hay una gran cultura etnofágica (el consumo de insectos), así como en África.
En América los más consumidos son arañas, gusanos y
hormigas. En México también hay unas larvas muy consumidas que se conocen como el “caviar Méxicano”. En Asia es común verlos en puestos ambulantes en la calle como un snack para consumir entre horas, podemos encontrar saltamontes, grillos, alacranes, cucarachas, polillas, gusanos, etc. También se introducen en la alta cocina, en Japón se utilizan en platos salados y dulces. Para estos continentes los insectos son parte de su día a día. También se consumen insectos en Oceanía, aunque debemos buscar los pequeños, pues en este continente hay insectos gigantes e interesantes pero que no se consumen.
Europa y América del norte se queda atrás en este campo, aún así su consumo se ha popularizado de unos años aquí. Destacando los grillos, sobretodo la harina de grillos.
INSECTOS EN EUROPA
En Europa, los insectos llegaron en 1997, sin legislación en este ámbito.
No fue hasta 2015 que empezó a regularizarse. Siendo unas pocas especies las de legal consumo. Pero, aunque podemos consumirlos, aún no pueden producirse en nuestro continente. En algunos países como Holanda o Bélgica ya hace años que es común pero en España nos cuesta. No solo la legislación es limitante, nuestro entorno cultural nos hace rechazarlos, y algo con un bagaje tan extenso de rechazo detrás es difícil de cambiar. Probablemente tardaremos años en introducirlos en nuestra dieta, peor mientras, la harina de grillo y los snacks de insectos fritos van apareciendo poco a poco en nuestro mercado. Cada día hay más peticiones a la UE para que regule más especies y su producción local.
PERFIL NUTRICIONAL
Si los insectos empiezan a triunfar no es solo por lo exóticos que son o por su gran sabor, sino porque su perfil nutricional es único. Tienen una gran cantidad de proteínas de alto valor biológico, algunos de 
ellos como el saltamontes tiene un 70% de proteínas. La carne de pollo tiene solo el 27%. Además, tienen un altísimo contenido en minerales, como el calcio. Según el que consumamos podemos obtener más del 100% de la cantidad diaria recomendada. Por otro lado, el perfil de grasas de los insectos es realmente saludable. Predominando los ácidos grasos poliinsaturados. Por lo que mejoran el perfil de la carne. Además, de ayudar a consumir proteínas de origen no animal, una gran recomendación de la OMS
BENEFICIOS MEDIOAMBIENTALES
Otro motivo por el que se están introduciendo los insectos en nuestra vida es por la facilidad de producción. Los insectos necesitan mucha menor cantidad de agua:
De suelo:
Producen mucho menor cantidad de CO2:
Y además, son muy sencillos de “cultivar” pues se reproducen mucho y rápido. Son una fuente de proteína rápida y accesible que puede ayudarnos a cuidar nuestro planeta y nuestra salud.
PROBLEMAS
No todo iba a ser bueno y perfecto. Si los insectos no se han legislado no es solo por la falta de costumbre sino porque hay una incertidumbre alrededor de ellos. Puesto que nosotros no lo consumimos, no los hemos estudiado, y en general, no hay suficientes estudios sobre su seguridad. Es necesario estudiar su microbiota natural, el sustrato del suelo, pues puede generarnos un riesgo, estudiar las alergias que puede causar (se cree que las personas alérgicas al marisco pueden serlo también a los insectos), la forma más segura de cultivarlos y manipularlos, etc. Cosas que nos parecen obvias con otros alimentos pero que han tardado años en estudiarse. Solo que esos alimentos no tuvimos que introducirlos, ya estaban. No esperamos a todo esto para consumirlos porque eran nuestra alimentación, solo la fuimos haciendo más segura. Pero los protocolos para introducir nuevos alimentos exigen todos estos estudios y procedimientos. Por ello es necesario seguir investigando, pues los insectos pueden ser un gran aliado.
¿Los has probado alguna vez? ¿Qué te parece que se estén introduciendo en nuestra dieta? Entiendo que no es tan sencillo introducir un alimento nuevo, pero asumimos otros a la velocidad del rayo (como algunas semillas o cereales nuevos en nuestra cultura), ¿por qué no con esto? Es necesario buscar un punto de unión, de encuentro que conserve nuestra gastronomía y ayude al planeta. Hay muchas formas, pero los insectos pueden ayudar. Además de ser un alimento que es muy fácil de distribuir por todo el mundo, puede ayudarnos mucho.
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Inés Pérez Gopar.
Estudiante del grado de Nutrición Humana y Dietética.
Referencias
- Ramos-Elorduy, J., & Viejo, J. L. (2007). Los insectos como alimento humano: Breve ensayo sobre la entomofagia, con especial referencia a México. Boletín Real Sociedad Española de Historia Natural. Sección Biología, 102(1-4), 61-84.
- es
- Joaquín Navarro del Hierro, Alba Gutiérrez-Docio, Paz Otero, Guillermo Reglero, Diana Martin. “Characterization, antioxidant activity, and inhibitory effect on pancreatic lipase of extracts from the edible insects Acheta domesticus and Tenebrio molitor”. Food Chemistry, 2020, vol. 309, 125742. DOI: 10.1016/j.foodchem.2019.125742
- Pino Cebrián, M. (2018). Por qué todavía no comemos insectos: marco legal en la Unión Europea. Revista de Bioética y Derecho, (42), 311-341.
- Agencia catalana de seguridad alimentaria: “Insectos comestibles”
