En el capítulo anterior, Marisa nos contó las tres cosas más importantes que el #RetoAlbalá le había aportado:
- La pérdida de volumen: desde que empezó a notar los primeros cambios importantes, ha disfrutado probándose y poniéndose aquella ropa que tenía arrinconada en el armario, en la que no entraba desde hace años, pero que era incapaz de dar, aferrada a la esperanza de recuperar esa talla algún día.
- El cambio de hábitos: poco a poco Marisa ha sustituido unas costumbres arraigadas, por unos hábitos más saludables con los que se siente mucho mejor.
- No tuvo la sensación de estar a dieta: no pasó hambre, y consiguió adaptar la dieta a su vida y no al revés.
Todas estas bondades nos las contaba en su último videopost pero también nos adelantaba, como diría un amigo mío, que no todo el monte es orgasmo: también ha tenido sus dificultades.
Esta semana nos habla de los obstáculos a los que se ha tenido que enfrentar.
En realidad, ha sido una única dificultad, ¿Queréis saber cual fue? Os lo cuenta en su último vídeo:
Nadie dijo que fuera a ser fácil, pero lo que os aseguro es que no es imposible. Todos tenemos un talón de Aquiles, y todos tenemos día a día que enfrentarnos a pequeñas y no tan pequeñas dificultades. Superarlas es lo que nos hace grandes.
Marisa, a pesar de las dificultades, consiguió su objetivo y sigue luchando por conseguirlo día a día ya que sus formaciones en oratoria le dan un vida la mar de ajetreada, con poco tiempo disponible para dedicarse a sí misma. A que os suena…
