A la hora de realizar un cambio de hábitos, en muchas ocasiones, uno de los principales problemas que aparece en la consulta de nutrición es la planificación. Hay personas que por motivos laborales o personales no consiguen llevar a cabo una organización en cuanto a confeccionar sus propios menús, organizar sus horarios, elaborar una lista de la compra… y un punto clave: cómo deben estar distribuidos los alimentos en la nevera.
Una alimentación adecuada debe ser además segura, y ello implica tener unos cuantos recursos a la hora de realizar la compra de manera adecuada, organizar, hacer una limpieza correcta de los alimentos y utensilios, manipular y conservar de forma adecuada los alimentos. De esta forma evitaremos la exposición a padecer una toxiinfección alimentaria. Recuerda que la nevera permite evitar el deterioro de los alimentos, pero si no le damos la importancia suficiente a la limpieza puede convertirse en un foco de contaminación cruzada, con patógenos transmitiéndose de un alimento a otro.
Dos métodos muy importantes para preservar los alimentos en condiciones idóneas son la refrigeración y la congelación, de ahí la importancia de limpiar y desinfectar nuestra nevera de forma correcta y saber ordenar los alimentos y productos según sus características. Además, no olvides que la temperatura de la nevera debe estar entre 1 y 4 grados.
En la nevera terminamos almacenando todo tipo de alimentos: carnes, embutidos, pescados, frutas, vegetales, alimentos cocinados, crudos…Cada una de las zonas de la nevera tiene unas particularidades específicas de temperatura que permiten conservar las necesidades de frío de cada alimento. Además los alimentos deben distribuirse de manera que se aproveche al máximo el espacio disponible.
La nevera tiene unas 5 zonas básicas. ¿Qué alimentos debemos poner en cada una de ellas para que se conserven adecuadamente? Empezaremos de abajo hacia arriba:
- Cajones (10ºC): es la zona más baja de la nevera. En esta zona colocaremos justamente los alimentos que deben predominar en nuestra alimentación diaria: frutas y verduras. Esto es debido a que las bajas temperaturas pueden deteriorar las frutas y verduras, por ello en los cajones se conservan mejor. Si tenemos dos cajones podemos colocar en uno las frutas y en el otro las verduras y hortalizas.
- Zona inferior (2ºC): el punto más frío de la nevera. Justo arriba de los cajones frutas y hortalizas colocaremos las materias primas crudas más perecederas como son las carnes y los pescados. Al ser esta zona la más fría de la nevera, se frenará mejor el crecimiento bacteriano. Hemos de tener en cuenta en cualquier caso que este tipo de productos no deben dejarse mucho tiempo en la nevera, se deben consumir lo antes posible.
- Zona media (4-5ºC): Un “escalón” más arriba tendremos aquellos alimentos o productos bien conservados en tuppers que más tarde cocinaremos, quesos, embutidos, sobras, pasteles y productos ya abiertos que necesitan conservarse en frío. Recuerda proteger los alimentos colocándolos en envases o envolviéndolos.
- Zona superior (8º C): en lo más alto de la nevera van aquellos alimentos que no se someterán a ningún tratamiento, son productos acabados: yogures, sobras de encurtidos, tuppers con comida que no necesita ser calentada…
- Puerta de apertura (10-15ºC): en la puerta colocaremos aquellos alimentos que no necesitan temperaturas muy bajas como las bebidas, la leche, las salsas, mantequillas o huevos en la parte más alta.
En cuanto al congelador, la temperatura debe estar siempre a -18ºC y conviene que esté lo más lleno posible. Los alimentos se deben congelar por separado, limpios, secos y cerrados; siempre envueltos con film transparente.
Además de la distribución de los alimentos, es importante que tengas en cuenta los siguientes consejos:
- Evita tener la nevera demasiado llena ya que si no hay espacio entre alimentos la distribución de la temperatura puede verse afectada. En cambio, el congelador debe estar lo más lleno posible para que necesite menos energía para funcionar y la temperatura sea más baja.
- Intenta que no se acumule hielo en el frigorífico ya que funcionará peor. Para ello, apaga la nevera de vez en cuando, saca toda la comida y aprovecha para limpiarla a fondo.
- En verano regula la temperatura a menos grados.
- Envuelve o cubre siempre la comida para evitar que pierda su sabor y frescura.
- Nunca coloques comida caliente en el frigorífico: puedes dañar los alimentos. Mejor espera a que se enfríe.
- Hay algunos alimentos que conviene no conservarlos en la nevera pues las bajas temperaturas pueden deteriorar sus propiedades. Las patatas, las cebollas, el ajo, el pan, los quesos secos, y algunas frutas tropicales deben estar en un sitio seco a temperatura ambiente.
- Ten en cuenta siempre las etiquetas de los alimentos y su fecha de caducidad.
- Para consumir los alimentos en orden evitando que caduquen, coloca los nuevos detrás de los viejos.
- No dejes la puerta de la nevera mucho tiempo abierta ya que se pierde la temperatura. Piensa con antelación que vas a coger antes de abrirla.
Con estas pautas básicas conseguirás tener tu nevera y los alimentos en perfectas condiciones y tendrás asegurada una parte fundamental en la planificación de tu alimentación.
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Alba Soriano. Dietista-Nutricionista.